Aunque la estética y la ambientación sea la de un western "Duelo al sol! (Duel in the sun, 1946) es más un melodrama bastante excesivo. La película fue hecha a mayor gloria de Jennifer Jones, que era la novia del productor David O¨Seclznick, y que aunque no es actriz santo de mi devoción porque sobreactuaba mucho, hay que reconocer que estos papeles desaforados y extremos le venían como anillo al dedo..
Fue dirigida por King vidor con el oficio y la profesionalidad que le caracterizaban. La fotografía es de destacar también, con la aparición de bellos y agrestes paisajes.
Cuenta la historia de Perla Chavez que debido a una tragedia familiar se va a vivir al rancho de sus tíos que también tienen un pasado tormentoso (es que toda la película es un puro dramón). En la hacienda se ve atrapada entre el amor de sus dos primos, el recto y justo Jesse (Joseph Cotten) y el malvado y díscolo Lewt (Gregory Peck, en uno de los dos únicos papeles de malo que le conozco)). Ella ama de forma platónica al buenorro de Jesse pero sus carnes y su instinto de mujer la arrojan a los brazos del oscuro Lewton.
Todos los trágicos acontecimientos que suceden en el film (y que son muchos, creedme) nos llevan a la escena que os muestro en el post de hoy y que es la memorable culminación de la historia. Y es que, aunque el film dista mucho de ser una obra maestra, su escena más recordada, es también una de las más famosas de la historia del cine. Vedla y vereis como sabéis cual es.
Le doy las gracias a Alvaro que fue quien me la indicó en un correo.
Fue dirigida por King vidor con el oficio y la profesionalidad que le caracterizaban. La fotografía es de destacar también, con la aparición de bellos y agrestes paisajes.
Cuenta la historia de Perla Chavez que debido a una tragedia familiar se va a vivir al rancho de sus tíos que también tienen un pasado tormentoso (es que toda la película es un puro dramón). En la hacienda se ve atrapada entre el amor de sus dos primos, el recto y justo Jesse (Joseph Cotten) y el malvado y díscolo Lewt (Gregory Peck, en uno de los dos únicos papeles de malo que le conozco)). Ella ama de forma platónica al buenorro de Jesse pero sus carnes y su instinto de mujer la arrojan a los brazos del oscuro Lewton.
Todos los trágicos acontecimientos que suceden en el film (y que son muchos, creedme) nos llevan a la escena que os muestro en el post de hoy y que es la memorable culminación de la historia. Y es que, aunque el film dista mucho de ser una obra maestra, su escena más recordada, es también una de las más famosas de la historia del cine. Vedla y vereis como sabéis cual es.
Le doy las gracias a Alvaro que fue quien me la indicó en un correo.
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